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diana des-empleada
(Instalación y Performance)




"diana des-empleada" nace de la investigación acerca de la búsqueda de trabajo que realicé a punto de terminar la universidad. Me preguntaba qué tipo de oportunidades tendría al egresar y si existía alguna oferta laboral para mi condición de artista o tendría que cambiar de rubro para poder obtener algo de dinero. Salí a buscar un puesto de trabajo por toda la ciudad, acompañada de un fotógrafo para que registre mi búsqueda. El resultado de esta investigación fue una instalación performática donde dialogó el lenguaje escénico de la performance con el lenguaje audiovisual, y donde busqué mostrar cómo un joven desempleado puede lograr sobrevivir con la falta de oportunidades laborales y qué tanto puede resistir el no trastocar su identidad para lograrlo.





Así pues, "diana des-empleada" es la historia de una chica de 25 años que al ver que esta a punto de terminar la universidad decide salir a buscar trabajo. En esta búsqueda se encuentra con una serie de pruebas que tiene que cumplir muy a pesar de ella misma y que van de lo cotidiano a lo absurdo.

Para desarrollar este proyecto me expuse durante la performance como un caso real del desempleo, mostrando en fotos y acciones parte de mi vida cotidiana y re-produciendo los rituales de mi búsqueda, proponiendo una dinámica que transitó en la frontera entre la realidad y la ficción.


Quise trabajar en esta frontera para poder tener mayor proximidad con el público y lograr que estos tengan conmigo una mayor empatía. En casi todas las dinámicas que desarrollé el público fue parte importante de la escena, transitando por los roles de espectador, desempleado y empleador. En el rol de desempleados los expuse a dos situaciones extremas por las que yo viví. En una les tome un test psicológico de 40 preguntas rápidas que ellos tenían que responder inmediatamente con un SI o con un NO; en otra ellos estaban en una conferencia de superación personal para desempleados donde les hacía hacer cantar canciones y gritar fuerte que ellos “sí podían” y que pronto conseguirían trabajo. En el rol de empleador me puse como objeto al servicio de ellos y les serví como azafata y luego como masajista, dos empleos muy solicitados en la ciudad, sobre todo para la mujeres. 

El público participó mucho en las escenas y quedaron muy sentidos con ellas. Las reacciones fueron diversas, desde sentirse mal por la situación del país hasta sentirse optimistas ante su vida laboral, desde preguntarme si yo sabía de algún trabajo donde los pudiera recomendar hasta recomendarme ellos un trabajo donde yo pudiese postular. Mi objetivo eran las dos opciones, no quería decir que nuestra realidad es “mala” o “buena”, sólo quería mostrar la realidad a través de mi realidad y que el público lo asuma y lo interprete desde el punto de vista en que se encuentra. Esa fue mi forma de invocar a la reflexión.